viernes, 30 de enero de 2009

Alexander Pushkin

ALEXANDER PUSHKIN
(1799-1837)
Alexander Pushkin descendía de una antigua familia noble. Según la historia, uno de sus antepasados fue “un moro africano de Abisinia”. A Pushkin le gustaba referirse a este origen exótico de su estirpe. Nació en Moscú. Fue educado por preceptores franceses. Más tarde se graduó en un Liceo para los jóvenes de la nobleza, cerca de San Petersburgo. Desde muy temprano fue reconocido entre los círculos literarios de vanguardia como la promesa lírica de Rusia. Fue funcionario del gobierno en San Petersburgo; más tarde fue desterrado de la capital, por haber publicado unos poemas que expresaban su amor por la libertad del pensamiento. Allí, en su forzada soledad, compuso sus mejores obras. De regreso a la capital, llevó una vida agitada, a pesar de la constante vigilancia a que lo sometían las autoridades. Se casó en 1831 con una joven aristocrática de extraordinaria belleza, pero presuntuosa y coqueta. Ella fue la causa del duelo en que Pushkin perdió la vida en 1837.
Al poeta: Eres rey. Solo, por un camino abierto, ve a donde tu mente libre te conduzca A. Pushkin

BORIS GODUNOV

(Fragmento)Pimen: (Escribe a la luz de un candil)
Una más; la última historia
y se acaban mis anales.
He cumplido el deber que Dios me legó,
a mí, pobre pecador. No en vano
me hizo testigo de tantos años
y me enseñó el arte de las letras.
Un día, algún monje diligente
encontrará mi obra esforzada y anónima.
Como yo, encenderá el candil
y sacudiendo el polvo de las cuartillas
copiará estos cuentos verídicos.
Que sepan los nietos de los ortodoxos
el pasado de su tierra;
que recuerden a sus zares magníficos
por sus obras, su gloria y su bondad;
mas, por sus pecados, sus hechos oscuros,
que imploren humildes al Salvador...
Estoy viviendo de nuevo en mi vejez.
El pasado se desliza ante mí.
No hace mucho tiempo que en torrentes,
lleno de hechos, se agitaba como un mar.
Ahora está mudo y tranquilo...
Mi memoria no conserva muchos rostros;
hay muchas palabras que se han ido;
lo demás ha perecido para siempre...
Pero se acerca el día, el candil ya se extingue:
una más; la última historia...

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